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Murió el cineasta Fernando Birri, símbolo del cine documental

 El director de cine santafesino Fernando Birri, uno de los más destacados de la cinematografía nacional

El director de cine santafesino Fernando Birri, uno de los más destacados de la cinematografía nacional

Por Jorge Tobías Colombo. Vivía en Roma, donde murió a los 92 años. Fernando Birri, reconocido como el padre del llamado Nuevo Cine Latinoamericano, nació en Santa Fe el 13 de marzo de 1925. Fundó el INSTITUTO DE CINEMATOGRAFÍA de la Universidad Nacional del Litoral, donde en 1958 dirigió el mítico documental TIRE DIE, “Primera encuesta social filmada”, que desnudaba la miseria en que vivían los niños en los ranchos entre Santa Fe y Santo Tomé. También filmó el legendario Los inundados (1961), que influyó en cineastas italianos posteriores y que fue premiado en el Festival de Venecia. En Cuba fundó la prestigiosa Escuela Internacional de Cine y Televisión, en San Antonio de los Baños.

Algo sobre Birri, el constructor de utopías

A principios de la década del 60 a Fernando Birri, en Santa Fe, se lo vinculaba sobre todo con la poesía y el teatro de títeres, poco y nada al cine. Sin embargo en 1950 viajó a Roma y allí estudió en el Centro Sperimentale de Cinematografia (1950-1952). Durante, casi, esos mismos años, también asistieron al Centro Sperimentale, Gabriel García Márquez, Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa. El viaje a Roma fue decisivo para experimentar el desarrollo del llamado Neorrealismo italiano y la labor de dos de sus figuras centrales: Vittorio De Sica y Cesare Zabattini.
De sus antecedentes artísticos en ese período, Jorge Ruffinelli nos dice: «En ese primer viaje filmó un documental, «Selinunte», y fue fugaz actor en una película italiana (Gli sbandatti, 1955, de Francesco Masselli), asistió a Carlo Lizzani en Ai margini della metropoli (1953), a Vittorio de Sica en Il tetto (1954), y luego, con Emilio Indio Fernández, reescribió Las abandonadas en 1955. En realidad eran todas éstas actividades múltiples de un aprendiz.»

En 1956 volvió a Santa Fe de la Vera Cruz. Tenía 30 años y un enorme impulso creador generado por su admiración del cine neorrealista. Y funda, entonces, lo que hasta el momento se consideraba una utopía para una provincia y un país subdesarrollados, el legendario Instituto de Cinematografía de la Universidad nacional del Litoral.

«Mire, yo provenía de una familia de artistas, mis tíos, todos, de alguna manera estaban ligados al arte, música, pintura. Mi padre era profesor de ciencias políticas y sociales, pero ésta en verdad era una carrera que sobrellevó y reprimió, por otro lado, su verdadera vocación era la de pintor. Yo crecí en ese ambiente, y el cine fue un poco un sucedáneo de mi infancia, de la actividad que dominó mi vida, que era un teatro de títeres. Después yo escribía poesías, pintaba desde jovencito. También comencé una carrera de abogado, pero eso me generó un problema terrible, una crisis, y al final mandé al diablo esa carrera. ¿Sabe que cuando el diablo se presentó a Lutero, este le tiró la Biblia para que la leyese, no? En mi caso no lo hice con la Biblia, pero sí con un libro de tapa roja, La economía política, de Guide, un economista francés. En el momento más alto de mi crisis, yo leía, leía, leía y no lograba entenderlo, entonces lo arrojé contra la pared, como Lutero contra el diablo, y allí decidí que no iba a ser abogado, pero sí director de cine.» – Fernando Birri

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