Macron o Le Pen: gane quien gane, pierde el pueblo francés
Ex banquero de Rotschild, Macron entró en el gobierno de François Hollande en 2014 con la misión de impulsar un giro liberal en la política económica. Ahora se presenta como un candidato antisistema, que presume de no ser miembro del Partido Socialista.

Los franceses elegirán entre estos dos ejemplares del neoliberalismo y cualquiera sea el resultado, el desengaño se apoderará de de los que más sufren.
Emmanuel Macron y Marine Le Pen pasan a la segunda vuelta de las elecciones francesas, y que ocurrirán el próximo 7 de Mayo.
Pablo Castaño Tierno dice del banquero Macron: «Pero ¿qué propone Emmanuel Macron? El candidato desarrolla su programa en un libro titulado Revolución, que ha sido analizado en la revista Regards pour Clémentine Autain. En lo económico, el ex ministro propone “reducir el gasto [público] sin fragilizar el crecimiento”, una combinación que no ha conseguido llevar a la práctica durante sus dos años en el gobierno de Hollande. En el ámbito laboral, Macron quiere seguir el camino de flexibilización iniciado por la impopular reforma de 2016, facilitando aún más los despidos. Al fin y al cabo, ese fue uno de los principales objetivos de la llamada “Ley Macron” que promovió en 2015, cuando era ministro de Economía. Además, el ex banquero defiende las exenciones fiscales a las empresas que su gobierno aprobó para crear empleo, aunque esta medida no consiguió detener el aumento del desempleo. Por lo tanto, la retórica en torno a la “revolución democrática” y los discursos optimistas de Macron ocultan un programa económico neoliberal, que comparte el objetivo de reducción del gasto público con Marine Le Pen, François Fillon y Manuel Valls (Jean-Luc Mélenchon es el único candidato importante que defiende el abandono de las políticas de austeridad).»
Por su parte Rafael Poch comentó: Macron será el presidente que continuará la devaluación interna, el ajuste salarial vía subempleo y precarización en la carrera hacia la competitividad. A juzgar por su programa y manifestaciones todo apunta a que él es el candidato más conforme con la actual línea germano-europea.
“Francia solo podrá influir sobre Alemania si tiene credibilidad en el plan económico y financiero”, “seremos fuertes en Europa y en el mundo, porque habremos hecho reformas”. Y el signo de esas reformas es inequívoco: forzar, un poco más, -desde luego no tanto como pretendía el programa del candidato conservador, François Fillon- lo realizado e intentado hasta ahora.
Macron quiere llevar mucho más allá la reforma laboral, a la que se opusieron el 67% de los franceses sin que la mayoría de ellos se decidieran a salir a la calle la pasada primavera. Si el hollandismo tuvo que aplicar aquella reforma eludiendo al parlamento, vía el artículo 49/3 de la Constitución, Macron adelanta que transformará el código de trabajo por decreto. Una temeridad.