Adiós a Andrzej Wajda, la resistencia del cine polaco
Polonia fue uno de los países más castigados por la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1939, fue invadida por alemanes y rusos, cada uno por su lado. En el bosque de Katyn, Stalin se encargó de exterminar las élites: jefes de policía, oficiales, intelectuales… Entre ellos, el padre del joven Andrzej Wajda.
Por Philipp Engel. Andrzej Wajda luchó en la Resistencia polaca, se dio a conocer internacionalmente como cineasta con una estupenda trilogía sobre aquella experiencia y resistió, a lo largo de 90 años, en la primera línea del cine polaco. Nunca dejó de trabajar, ni de resistir.
Polonia fue uno de los países más castigados por la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1939, fue invadida por alemanes y rusos, cada uno por su lado. En el bosque de Katyn, Stalin se encargó de exterminar las élites: jefes de policía, oficiales, intelectuales… Entre ellos, el padre del joven Andrzej Wajda, que se unió a la Resistencia para combatir a los nazis desde las cloacas de Varsovia. Finalizada la guerra, Wajda tradujo sus impresiones en grandes películas. Primero, la celebrada trilogía sobre Polonia bajo la ocupación alemana, compuesta de ‘A Generation’ (1955), ‘Kanal’ (1956) y ‘Cenizas y diamantes’ (1958), todas ellas protagonizadas por Zbigniew Cybulskim, suerte de James Dean polaco que representaba a toda aquella generación que había crecido en tiempos de guerra (al igual que Dean, falleció tempranamente, en un accidente de tren).
Andrzej Wajda nacio en Suwałki, el 6 de marzo de 1926 y murió en Varsovia, 9 de octubre de 2016. Este director de cine, está considerado considerado como uno de los más importantes representantes de la Escuela Polaca de Cine. En el año 2000, Wajda fue galardonado con un Óscar «Honorífico» por sus numerosas contribuciones al mundo del cine.
A la masacre de Katyn, Wajda no dedicó un film hasta 2007, el nuevamente nominado al Oscar ‘Katyn’ (acumuló cinco nominaciones al Oscar al Mejor Film de Habla no Inglesa). Antes, Wajda ya se había mostrado contrario al régimen comunista atacándolo mediante un desvío alegórico y simbólico en la también nominada al Oscar ‘La tierra de la gran promesa’ (1975), que aparentemente se centraba en el florecimiento del capitalismo en la Polonia de la Revolución Industrial. Más adelante, a principio de los 80, Wajda se volcó en otro movimiento que plantaba cara al opresor: Solidaridad. Después de ‘El hombre de mármol’ (1976), que ya hablaba de aquella nueva lucha, Lech Walesa se interpretó a sí mismo en ‘El hombre de hierro’ (1981), y Wajda le acabó dedicando un biopic en 2007: ‘Lech Walesa, la esperanza de un pueblo’. Por ‘El hombre de hierro’ tuvo que cerrar su productora, pero obtuvo a cambio la Palma de Oro en Cannes.
Así también produjo en Francia. ‘Danton’ (1983), con Gérard Depardieu en la piel del revolucionario, también retrataba aquella terreur como un reflejo de la represión de inspiración soviética. Además de Depardieu, y de nuevo a partir de un guión de Jean-Claude Carrière, Wajda también trabajó con la admirada Isabelle Huppert en ‘Los poseídos’ (1988), adaptación de la novela de Dostoieveski sobre un grupo de revolucionarios en la Rusia de 1870. Entre ambas, había rodado con Hanna Schygulla ‘Un amor en Alemania’ (1983). Dirigió más de medio centenar de títulos, en distintos formatos, entre los que también destacan ‘Paisaje después de la batalla’ (1970), ‘La boda’ (1972), ‘Linea de sombra’ (1977),’Las señoritas de Wilko’ (1978), ‘Sin anestesia’ (1978), ‘El director de orquesta’ (1979), Korczak’ (1990) y ‘Pan Tadeusz’ (1999), además del film colectivo ‘El amor a los 20 años’, en el que participó, en 1962, junto a Truffaut, Rossellini, Ophüls e Ishihara, y de ‘Powidoki’ (2016), biopic del artista vanguardista Wladyslaw Strzeminski con el que cerró una filmografía tan longeva como deslumbrante. En el año 2000, recibió un Oscar honorífico a toda su carrera, pero él estaba muy lejos de darla por concluida, y siguió resistiendo, esta vez al inexorable paso del tiempo.
Fuente: Fotogramas