Victoria política del gobierno de Cristina contra los buitres

De cara a la elección presidencial de octubre, los votantes deberían recordar que en junio de 2014 Mauricio Macri declaró a radio Mitre: “Ahora hay que sentarse en el tribunal de Griesa y lo que él termine diciendo, hay que hacerlo. Y si hay que pagar al contado se pagará al contado”.

"Fondos buitres, quiten sus garras de Argentina"

«Fondos buitres, quiten sus garras de Argentina»

Por Emilio Marín. Hubo noticias importantes, como las producidas en la causa Nisman, la denuncia contra Niembro, la continuidad del escrutinio en Tucumán y otras. Se destacó la victoria del gobierno nacional contra los “fondos buitres”.

La dura pulseada entre Argentina y los “fondos buitres” va a continuar un tiempo más. El país tiene razón -y ahora, tras la votación en las Naciones Unidas- cuenta con nuevos argumentos para defender su soberanía, pero los fondos delincuenciales no se darán por vencidos.
La novedad es que la Asamblea General de Naciones Unidas, de 193 naciones, aprobó el jueves 10 la proposición del “Grupo de los 77” más China, con los 9 principios que han de tenerse en cuenta en la renegociación de deudas soberanas.
La votación fue ganada abrumadoramente por esa resolución, que el año pasado Argentina había impulsado en ese ámbito de la Asamblea. Los números así lo indican: 135 votos a favor, 6 negativos y 42 abstenciones.

El grueso de los sufragios favorables vino de la corriente tercermundista. Los seis votos negativos fueron de Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania, Israel y Canadá, que no admitieron que las Naciones Unidas trataran esta problemática. A su entender, debía ser el buró del FMI y el ámbito más exclusivo y VIP del “G-20”, donde se dan cita los presidentes de los países más fuertes del planeta. Las abstenciones fueron de países europeos que entienden ciertas razones de la mayoría pero no quieren quedar enemistados con los cuatro grandes del malhumor: yanquis, alemanes, ingleses y japoneses.
Lo que sucedió en el palacio de cristal de Nueva York dejó un sabor bien dulce al gobierno argentino, especialmente a Héctor Timerman y Axel Kicillof que estaban en el recinto junto a la representante Marita Perceval. También y muy especialmente a la presidenta de la Nación, que impulsó la resistencia contra las pretensiones de los “fondos buitres” amparados por el juez Thomas Griesa. Su gobierno sufrió intentos de embargos en estos años y, durante un tiempo la fragata Libertad quedó varada en Ghana por acciones de Paul Singer, del NML Capital. Era el tiempo en que el PRO y demás oposición conservadora admitía la legalidad de ese embargo y quería hacer una colecta para pagar la fianza de esa retención ilegal…

Breve historia de la lucha contra la usura salvaje

En setiembre de 2014, en la 68° Asamblea General, Argentina y el “G-77 más China” propusieron estudiar una reforma que garantizara las renegociaciones soberanas de deudas. Fue la primera victoria, porque esa moción tuvo el voto positivo de 124 naciones, mientras que 11 lo hicieron en contra y 41 se abstuvieron.
Luego, en diciembre de ese mismo año, la ONU decidió formar una comisión ad hoc para estudiar los lineamientos de esa reforma. Tras varias reuniones, ese organismo, presidido por el embajador boliviano Sacha Llorenti, presentó en julio de 2015 los 9 lineamientos para que aquellas renegociaciones defendieran a los estados, redujeran la posibilidad de picoteo y exacción de los “buitres”, y aseguraran el derecho de cobrar de los tenedores de bonos.

Esos principios rectores que se pusieron a consideración y análisis de los 193 países miembros de Naciones Unidas, tenían muy presente la experiencia argentina. El suyo fue un caso testigo de cómo -aprovechando los vacíos legales- los fondos liderados por míster Singer, exigían sumas siderales por bonos comprados a precio basura.
Por lo tanto, desde julio de 2015 toda la membresía de la ONU tenía los principios elaborados por el “Comité Especial sobre Procesos de Reestructuración de la Deuda Soberana”, encabezada por el boliviano Llorenti. Y finalmente, el jueves de esta semana, el sudafricano Kingsley Mamabolo, a cargo del “Grupo de los 77” más China, presentó la moción y se produjo la votación mencionada al principio. Los votos positivos crecieron en 11 respecto al inicio del proceso y los negativos disminuyeron en 5 porque Australia, Irlanda, República Checa, Finlandia y Hungría, que en 2014 habían sufragado en contra, esta vez se abstuvieron.

El canciller Timerman y el ministro Kicillof pidieron la palabra para valorar lo que se había votado y agradecer el gesto de los países que hicieron posible esa victoria. El titular de Economía manifestó: “es un paso fundamental contra los ataques de los ‘fondos buitres’, como los que hoy sufre la Argentina y como lo pueden sufrir otros países”.
Su felicidad era poca al lado de la que expresaba el rostro y la palabra de la presidenta, que empleó la cadena nacional 38 para comunicar a la población lo que había ocurrido en Nueva York. “Hemos dado una respuesta a nuestros compatriotas pero también hemos cumplido con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional, ayudando a países hermanos para que no pasen por las mismas tragedias y miserabilidades por las que atravesamos. Valió la pena tanta discusión y debate. Valió la pena dar la pelea”, dijo una exultante Cristina

Amigos y enemigos de Argentina se definieron al votar en la ONU

Entre los 9 principios aprobados por la Asamblea General están que las reestructuraciones se realicen de buena fe, con transparencia e imparcialidad; que garanticen el trato equitativo entre los distintos acreedores; que respeten la inmunidad soberana de los Estados; que sean sostenibles para permitir el crecimiento económico del Estado deudor; que las minorías de acreedores respeten lo acordado por una mayoría calificada de acreedores, etc.

Estos criterios no son para nada revolucionarios sino más bien sensatos para proteger simultáneamente los derechos de deudores y acreedores, a pesar que si los primeros llegaron a situación ruinosa y de súper endeudamiento pudo ser por la acción de los acreedores, la banca comercial y los organismos financieros internacionales. El caso argentino y la bola de nieve de la deuda externa fue un ejemplo nítido de esos fenómenos de endeudamiento que se generaron con la dictadura militar-cívica y continuaron con los gobiernos posteriores a 1983.
Si hubiera habido una ley internacional de quiebras, inspirada en los principios mencionados, el país habría podido respirar aliviado en 2005, cuando Kirchner y Lavagna lograron la adhesión al canje del 76 por ciento de los acreedores. El problema no terminó allí ni en 2010 cuando entró otro 16 por ciento hasta completar el 92 por ciento. Los “buitres” siguieron graznando y Griesa les dio la razón con varios fallos.

A partir de lo votado en la Asamblea General se abre la posibilidad de elaborar a nivel mundial una ley sobre reestructuración de deudas. Bolivia ya comentó que convertirá en ley lo votado. A su regreso el canciller Timerman manifestó que sería bueno hacer otro tanto en la legislación local.
Todo lo que pueda legislarse en la materia será positivo y fortalecerá la postura argentina contra los “fondos buitres” y los segmentos más usurero del capital financiero internacional.
De todos modos, ya que tanto se habló y bien de los 9 criterios aprobados, hay que aclarar que la resolución votada no es vinculante, o sea no es obligatoria, ni tampoco retroactiva.
Dicho de otro modo, legalmente no podrá impedir las injusticias y despojos que la timba financiera mundial ya provocó con la emisión de 900.000 millones de dólares en bonos emitidos en los últimos años.

Frente a las pretensiones de NML Capital, Aurelius y otras entidades que litigan contra Argentina, lo de la ONU sirve porque generaliza a nivel internacional la necesidad de criterios de negociaciones realistas, legales y justas. Son los puntos de vista expuestos por la delegación argentina cada vez que compareció ante el juzgado neoyorquino.
Lo óptimo sería que el gobierno de Cristina no se quede en el sentido positivo de esa votación y dé nuevos pasos, adoptándola en leyes domésticas. Ante todo, profundizando la relación con el “G-77” más China, los BRICS (pidió la intervención del brasileño Lula para poder asociarse), y otros nucleamientos tercermundistas. Allí está la fuerza de la unidad para resistir las inevitables zancadillas y maniobras de Singer, Griesa y los “buitres”.

Los discursos y sobre todo la votación de la ONU ilustró perfectamente quiénes son los amigos del país y cuáles los enemigos.
Entre los primeros, los 135 que votaron a favor y varios que pidieron la palabra para ratificar su voto: Brasil, Bolivia, Cuba, Paraguay, Chile, Uruguay, Rusia, China, India, Islandia, Jamaica, etc.
El bando enemigo se reflejó en la media docena que votó en contra, bajo el liderazgo de Washington. Estas potencias imperiales, y subimperiales como Israel, se complotan contra las posiciones argentinas en temas de soberanía, Malvinas, Celac, paz en Medio Oriente, etc.

La votación también dejó en cueros a México y Colombia, que se abstuvieron para ayudar a los “buitres” y la Casa Blanca. Sería bueno que CFK tome nota de lo que hicieron sus amigos Enrique Peña Nieto y Juan M. Santos, éste último muy agasajado por el kirchnerismo.
De cara a la elección presidencial de octubre, los votantes deberían recordar que en junio de 2014 Mauricio Macri declaró a radio Mitre: “Ahora hay que sentarse en el tribunal de Griesa y lo que él termine diciendo, hay que hacerlo. Y si hay que pagar al contado se pagará al contado”. Esta semana el PRO tuvo que dar explicaciones por Fernando Niembro; hay que pedirlas sobre todo por su volar en bandada buitre.

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