Mujeres vulnerables: feminidad en riesgo
He escuchado días pasados en programas televisivos a una mujer que se mostraba por un lado muy liberal sexualmente. Sin embargo, al preguntarle el conductor qué tipo de hombres le atraían, contestó: “Muy machos, que sepan imponerse porque yo necesito límites”. Entonces me pregunté...
Por Cristina Pazo. Cuando las relaciones entre hombres y mujeres se basan en la desigualdad y la inseguridad, en los actos cotidianos comienza a gestarse el germen de la violencia física.
Estamos viendo en los medios casos de violencia machista (contra mujeres), feminicidios. Si bien son de dudoso desenlace, los sospechosos son casi siempre parejas de las víctimas. Por esta razón, caratulados como crímenes pasionales, plantean que el asesino ejecuta a la víctima en un arrebato de pasión.
Es importante cuestionar esta clasificación que hace la prensa. Para que la pasión opere como factor destructivo hacen falta otros “condimentos”.
Podemos inferir que el patrón común en todos los casos es que los homicidas se creen con derechos a terminar con la vida de sus parejas. Este desenlace es el corolario de un tipo de relación que se basa en la percepción de que las mujeres son propiedad del varón. Situándose éstos en posición de dominio, el vínculo se da en condiciones de desigualdad.
Para saber a qué se debe esa desigualdad, tenemos que indagar no sólo en la vida de estas víctimas, sino en la cultura en la que estas víctimas construyeron su condición de mujeres.
Los vínculos de pareja no pertenecen a los vínculos obligados, desde hace muchos años, aunque hasta principios del siglo XX seguían realizándose parejas por arreglo de las conveniencias familiares, sociales, etc. Hoy las parejas se eligen y cabe preguntarse qué tipo de varones prefieren algunas mujeres a la hora de elegir.
¿Qué idea tienen las mujeres de lo que debe ser un varón para iniciar una relación de pareja?
El varón no macho
He escuchado días pasados en programas televisivos a una mujer que se mostraba por un lado muy liberal sexualmente. Sin embargo, al preguntarle el conductor qué tipo de hombres le atraían, contestó: “Muy machos, que sepan imponerse porque yo necesito límites”. Entonces me pregunté ¿qué será para este perfil de mujeres lo contrario de macho? Y digo: varones no machos ¿son los respetuosos del espacio de sus compañeras y de las mujeres todas?, ¿son varones sensibles?, ¿varones que no aspiran a poseer a las mujeres con quienes están como objetos de su propiedad? Un varón no macho ¿es un hombre que no tiene una posición dominante cuando se vincula con las mujeres?
Cuando en los grupos de reflexión en los que trabajo hablamos de las parejas, la masculinidad y la feminidad, me sigo sorprendiendo. A pesar de que algunas mujeres desean una relación en donde puedan confiar en el otro, ser felices y compartir decisiones, a la hora de optar con quién estar, no pueden evaluar con qué tipo de varón están.
Confiesan que a pesar de que los hombres con los que están no resultaron lo que “sueñan”, sostuvieron la relación con la ilusión de cambiarlos o convertirlos en el ideal (creencia que el amor todo lo puede). Por lo contrario, encuentran (¿o buscan?) varones intolerantes, posesivos, rígidos en sus conceptos, inmaduros, tradicionalistas, celosos, con conductas abusivas, irrespetuosos, inseguros, etc.
Sean convivientes, esposos, novios, amigos, amantes, hermanos, pareciera que el vínculo afectivo de un varón con una mujer aun se basa en el predominio de las condiciones impuestas por el hombre y la consiguiente tolerancia de la mujer.
Para concluir, daré una idea posible sobre qué tenemos que evaluar las mujeres a la hora de conocer a un hombre: darse tiempo para conocerlo. Evaluar quién es, qué hace, cómo habla de sí mismo y de los otros.
Si habla mal de las parejas anteriores y/o de su familia ¿por qué voy a creer que conmigo va a ser diferente?
Esperar un tiempo antes de tener una relación más comprometida, incluso para tener sexo. Porque no hay nada más íntimo y personal que el despliegue de mi sexualidad y muchos varones tienen el concepto arraigado que una mujer les pertenece una vez que tuvieron sexo con ellos.
Para tener relaciones sexuales hay que establecer condiciones de seguridad y de confianza, de comodidad física y moral. Establecer condiciones de derechos. La sexualidad debe ser el corolario de una relación que se hace más profunda y comprometida.
Las mujeres estamos teniendo aun hoy relaciones en las parejas en situaciones de disparidad, de inseguridad y, como nuestras abuelas, basadas en promesas futuras e ilusiones.
Lo que necesitamos debemos construirlo en un contrato de relación entre dos sujetos adultos que tengan las mismas condiciones de autonomía material y simbólica.
Cristina Pazo. Psicóloga social, egresada de la Primera Escuela Privada de Enrique Pichon Rivière, coordinadora de grupos de reflexión para varones y mujeres, especializada en problemáticas de género e investigadora en dicha temática. Ex Coordinadora del Programa de Prevención en Violencia de Género, Doméstica e Intrafamiliar en la ciudad de La Paz, Entre Ríos.