Cada 15 segundos muere un niño por falta de agua potable
Cada quince segundos muere un niño en el mundo por falta de agua potable. No hay pretexto posible. El agua no puede ser tratada como una mercancía más, transable en los mercados y sujeta a las reglas del lucro.
Por Alonso Quijano. ALOAS significa Asociación Latinoamericana de Operadores de Agua y Saneamiento. En ocasión de un congreso realizado en esta asociación el pasado Junio y ante 500 directivos de empresas de agua de todo el continente, Bernardo Kliksberg dictó una conferencia magistral en la que dio a conocer sus cinco tesis sobre el tema del agua. Contrainfo.com
Ya en la Biblia se garantiza el derecho al agua para todos. Su violación abierta es uno de los mayores escándalos de nuestro siglo.
1. El agua no es una mercancía
Cada quince segundos muere un niño en el mundo por falta de agua potable. No hay pretexto posible. El agua no puede ser tratada como una mercancía más, transable en los mercados y sujeta a las reglas del lucro.
El acceso al agua es un derecho humano básico. Sin agua potable y saneamiento, no hay ciudadanía real. Sin ellas no hay salud, ni posibilidad de ejercer la ciudadanía.
La OMS ha identificado 25 enfermedades graves generadas por su falta. Las sufren 1100 millones de personas en el planeta. Entre otras, la diarrea infantil, la hepatitis A, el cólera, el dengue.
El mundo tiene todas las posibilidades materiales y ahora tecnológicas para dar agua a todos.
Se está violando en gran escala ese derecho.
Debería ser incluido en las constituciones.
¿Quién es Bernardo Kliksberg?
Economista argentino, reconocido por sus trabajos sobre pobreza y desigualdad en América Latina, gerencia social y responsabilidad social empresarial. [Actualmente se desempeña como Asesor Principal de la Dirección Regional para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y Director del Fondo España-PNUD “Hacia un desarrollo integrado e inclusivo en América Latina y el Caribe”. Es autor de 48 libros y centenares de trabajos sobre diversas áreas del desarrollo, responsabilidad social empresarial, alta gerencia, capital social, lucha contra la pobreza, ética y economía. Su obra más reciente es el best seller internacional “Primero la gente”, escrita con el premio Nobel de Economía Amartya Sen. []Ha sido asesor de más de 30 países y de instituciones como ONU, UNESCO, UNICEF, Organización Internacional de Trabajo, Organización de Estados Americanos, Organización Panamericana de la Salud, entre otros. Se graduó en cinco carreras universitarias, dos de ellas doctorados. Es Doctor en Ciencias Económicas y en Ciencias Administrativas, además de Licenciado en Sociología, Licenciado en Administración y Contador Público egresado de la Universidad de Buenos Aires. – Educar
2. La falta de agua mata
Las personas necesitan un mínimo de 20 litros de agua diarios. Mil cien millones tienen menos de 5 litros. En los países ricos se gastan más de 200 litros diarios per cápita.
Anualmente mueren 1.800.000 niños por diarrea infantil, causada en gran parte por falta de agua potable y de instalaciones sanitarias.
Hay 2600 millones de personas que no tienen un inodoro, en el siglo del IPOD y la Internet.
Desesperados, los “sin agua” toman agua contaminada. El 50 por ciento de las camas hospitalarias está ocupado por quienes la han ingerido.
3. La humillación de no tener agua
Los impactos de no tener agua ni inodoros son devastadores, psicológica y culturalmente.
Los niños pobres caminan seis horas diarias para traer agua. Pierden 443 millones de días escolares haciéndolo. Las madres luchan muy duramente para conseguir agua para sus hijos.
La sociedad entera los está humillando a diario con no garantizar este derecho básico.
4. El mercado no funcionó
Se apostó en Argentina y América latina en los ’90 a que la “bala mágica” para resolver el problema eran las privatizaciones. La ONU ha demostrado en su informe de Desarrollo Humano dedicado al tema que fracasaron. Los resultados fueron muy graves para la población. Hubo mala gestión, especulación, subinversión, exclusión de los más pobres.
La ONU recomienda que el agua debe estar en manos de la gestión pública. Corresponde a ella asegurar un derecho tan básico.
5. Las enseñanzas de la experiencia argentina
En los ’90, Menem privatizó masiva y salvajemente la prestación de agua y cloacas. Dejó sin política pública de agua al país y con organismos reguladores muy débiles. Los déficit de prestación se agudizaron. En el Gran Buenos Aires, buena parte de la población no tenía acceso a agua ni cloacas. Se verificó que los niveles de nitrato de la prestación de agua privada en algunos municipios excedían más del 40 por ciento las normas de la OMS, lo que pueda generar cianosis y finalmente asfixia.
En 2003 se inició la reconstrucción de una política pública de agua y saneamiento con Enosa, Aysa, otras empresas públicas y grandes inversiones. Como lo ha informado la Secretaría de Obras Públicas, en 2003 hubo 40.000 casos de hepatitis A. El reestablecimiento del derecho al agua, con una agresiva política de salud, fueron claves para que en 2012 fueran sólo 275. También incidieron en el descenso de la mortalidad infantil en el período del 16,5 al 11,7 por mil. En ese lapso se dio agua potable a 5.700.000 nuevos usuarios y cloacas a 3,2 millones.
Falta mucho, pero es en esa dirección.
El tema del agua y el saneamiento no puede seguir siendo marginal o que “viene después”. Ya en la Biblia se garantiza el derecho al agua para todos. Su violación abierta es uno de los mayores escándalos de nuestro siglo. No figura en la agenda del uno por ciento más rico del planeta, dueño de casi la mitad del producto bruto mundial. La ciudadanía organizada lo ha puesto en el centro de la agenda pública en todo la Unasur.